martes, 11 de diciembre de 2012

TALLER DE ESCRITURA


TALLER DE ESCRITURA

¿Merece la pena levantarse cuatro sábados de otoño dispuestos a ir a la biblioteca para recibir clases de un escritor? Pues claro.

    Han sido cuatro días geniales. Hemos conocido a nuevos amigos, a un escritor muy majo, vivido algunas emociones, visto libros... Pero sobre todo hemos aprendido a ESCRIBIR, mejor dicho, a mejorar el estilo.
    El escritor que impartía el curso, Carlos Grassa Toro, nos ha ayudado a mejorar nuestros fallos, nos ha dado consejos, nos ha enseñado a desenvolvernos mejor, a expresarnos... Siempre estaba dispuesto a todo eso.
    Hemos conocido a muchos amigos, con los que sigo manteniendo relación y con los que siempre puedo contar cuando se trata de escritura. 

    Las clases han sido geniales, todas distintas y con algo de espectacular.
    El primer día tratamos de conocernos, pero enseguida empezamos a aprender. Carlos nos representó una escena, y nosotros tuvimos que escribir lo que hacía, pero solo con comas y muy deprisa. Lo volvimos a escribir añadiendo conjunciones y preposiciones, lo volvimos a escribir ambientándolo en un lugar y en un tiempo, lo volvimos a escribir con buena letra, lo volvimos a escribir describiendo al personaje... Así hasta que tras 6 veces nos quedó a cada uno una historia diferente y muy bonita.

    El segundo día hicimos un abecedario muy original. Cada letra tenía una frase, y cada palabra de esa frase empezaba por esa letra. Por ejemplo: La “b” baja botando bocabajo bebiendo. Era muy divertido. También escribimos textos sin una letra o palabra importante, y era bastante complicado.

    El tercer día hicimos un listado de las cosas que nos gustaban y las que no, de las cosas que había en nuestra habitación y de las características de una persona a la que habíamos decidido transformar en un personaje. Juntamos todo esto y empezamos a escribir. Todos los textos eran completamente distintos. Aprendimos que no se necesita inspiración para escribir, porque nos basta con hacer listas de algo o fijarnos en ello.

    El cuarto y último día dibujamos a un personaje, nos los intercambiamos e hicimos una historia. Cuando hubimos terminado esto y creado unos personajes geniales, hicimos algo un tanto singular, pero muy divertido. Cada uno escribió una carta del tema que quisiera, en el tiempo y lugar que quisiera y con el personaje que quisiera. Nos intercambiamos las cartas, y tuvimos que responder a la que nos había tocado de otro compañero. Al principio fue un lio, pero el resultado fue genial.

    Para terminar, nos dio los diplomas y nos contestó a algunas preguntas que le habíamos ido haciendo durante todos los días, como por ejemplo: cómo publicar un libro, cómo se encontraba la inspiración, cuáles eran los mejores temas...

    Fue una experiencia genial y que nos ha servido de mucho para expresarnos mejor escribiendo.

                                                                                                      Andrea García 2ºC

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