miércoles, 22 de marzo de 2017

Carta a un militar

Elena Álvarez, alumna de 2º Bachillerato, ha sido una de las finalistas al premio "Carta a un militar".
¡Enhorabuena!




Querido amigo:

Amigo, hermano y siempre, mi héroe. Héroe por naturaleza y voluntad, siempre quisiste ayudar. Lo hiciste, y lo hiciste bien. Y tú eres el ejemplo de la valentía hecho persona. Ser valiente no significa no tener miedo. Todos tenemos miedo. Ser valiente es saber que tienes miedo, saber que lo pasarás mal, saber que te irás, saber que no verás a tu familia en quién sabe cuánto tiempo, sólo para defenderla. Ser valiente es mirar a tus miedos a la cara y tenderles la mano.

Tú, amigo, lo has sido toda tu vida, no sé si ya acabada o no, pero lo has sido. Ojalá llegue el día en el que vuelva a verte de nuevo, quién sabe si entrando por la pequeña puerta de casa o en otra vida. Quién lo sabe. Lo único que sé es que cuando te note cerca, sentiré esa fuerza que irradian tus ojos. No necesito tocar tus brazos para saber lo fuerte que eres. Y es que, como siempre decías, sentado en la mesa de la cocina: la fuerza no se mide en las veces que golpeas, sino en las veces que te golpean. Y te levantas.


Ahora mismo no sé dónde estarás. Dijiste que en Oriente pero quién sabe dónde. Solo espero que pienses en mí y en todos nosotros. No solo en tu familia y amigos, en todos. Nos estás ayudando, tu fuerza y valentía nos mantiene vivos. Si no me crees, pregúntale a la luna, se lo estoy contando a ella. Es la misma luna. La misma que mirábamos de niños, la misma que miraremos ahora mismo. La misma que siempre nos ha unido, amigo.

Qué suerte tiene ella, que puede verte cada noche. Seguro que gritando, como siempre, que no crees en los héroes, que no necesitas ser recordado. Pero mírate. Mi héroe. Mi recuerdo. Qué bueno eras y cuánto te echo de menos. El mármol de la cocina cada día está más frío desde que te fuiste. Sin ti es eso. Es frío. Ya no me siento valiente, ni fuerte, ni nada. Mi recompensa es pensarte y saber por qué lo haces, por qué te vas.

Es el amor. El amor hacia mí, hacia tus padres, tus amigos, tus costumbres, hacia la tierra que te ha visto crecer y que ahora te ve marchar. Ahora ya no te ve. Es tu fuerza lo que te hace ser valiente, y es tu valentía lo que te hace ser fuerte. Eres tú, tú mismo, lo que te hace ser un héroe. Aunque no creas en eso, lo eres. Mi héroe.

Espero que algún día, en Francia, Afganistán, Tanzania, o quizá en otra vida, puedas llegar a leer esto. Aunque sé que por muchos kilómetros que nos separen, mi corazón siempre será el tuyo.

Un abrazo de parte de la luna.

Elena Álvarez

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