NIEVE
Un día por la mañana,
me asomé a la ventana,
el suelo estaba blanco
y había niños jugando.
Corriendo salí al jardín
y comencé a tiritar,
empezó a caer sin fin,
nieve y nieve sin parar.
Hacía muchísimo frío,
aun así me dio igual,
cogí mis guantes y mi abrigo
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