Y para celebrarlo...
- El derecho a no leer (porque la lectura ha de ser un acto de libertad).
- El derecho a saltearse las páginas.
- El derecho a no terminar un libro.
- El derecho a releer (los niños disfrutan de la repetición, y no sólo los más pequeños).
- El derecho a leer cualquier cosa (incluso si no es la “gran novela” sino el best-seller de moda).
- El derecho al bovarismo (enfermedad de transmisión textual).
- El derecho a leer en cualquier lugar.
- El derecho a hojear (sin temor a enfrascarse en una lectura que decepcione).
- El derecho a leer en voz alta (como leen cuentos los padres a los niños pequeños).
- El derecho a callarnos (y no necesitar explicar, luego de cada lectura, “qué se ha entendido” o “qué se piensa de ella”)
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